Personal e intransferible
Escrito por Emma
Había una casa como del futuro, con grandes cúpulas blancas. Las demás casas del pueblo eran normales pero ésta era así porqué la familia que vivía allí tenía un hijo que había sido drogadicto. El chico estaba todo el día encerrado en otra cúpula de la casa que únicamente se podía entrar por una puerta horizontal. Nunca salía de su habitación porque era muy peligroso según sus padres y la gente del pueblo.No sé por qué razón, yo y unos cuantos más teníamos que ir a esa casa y entrar a la habitación de ese chico. De uno en uno. Entró el primero y a los dos segundos ya estaba fuera otra vez muerto de miedo. Entró el segundo, y lo mismo. Era mi turno así que entré.La habitación era toda blanca i en vez de suelo había un colchón que ocupaba toda la habitación. También había una ventana horizontal, con unas vistas preciosas. Yo me sentaba justo delante del chico peligroso y nos quedábamos mirando fijamente a los ojos mucho rato. Tenía un poco de barba y el pelo un poco largo. Era realmente guapo, pero tenía algo raro. Era en blanco y negro. Su piel no tenía color, ni su pelo, ni su ropa. Todo era en blanco y negro. Lo que más me impresionó fueron sus ojos. Irreales ojos negros, profundos. De repente tuve una sensación de miedo y me fui corriendo de la habitación.Cuando estuve fuera, sentía pánico pero al mismo tiempo me moría de ganas de volver a entrar allí. Y verlo otra vez. Hablé con sus padres y se enfadaron conmigo. Hablé con su hermano (que era exactamente igual que él pero en color) y también se enfadó conmigo.
De golpe me mareaba, todo me daba vueltas, me aogaba, dejaba de sentir mi cuerpo, perdía la consciencia....
Abrí los ojos y estaba tumbada en mi cama. El mundo, mi pueblo, mi casa, mi cama, mi sueño y mi otro mundo.
Análisis
Hay ideas y soltura expresiva en este artículo de ensoñaciones. Una búsqueda de lo expresivo y de lo poético. Pero también hay descuido y falta de relectura. ¿Tanto cuesta autocorregirse? Al parecer la expresión consiste en sacar fuera las ataduras emocionales y no ir más allá. Pero hay unos niveles de corrección que señalan hasta dónde llega la expresión. Ambas, expresión y corrección, van unidas. Y hemos de saberlo.En el artículo hay una cierta "locura" de tiempos verbales. El deseo de eternizar los expresado lleva a la autora a la utilización constante de los imperfectos: "era, sentaba, ahogaba (con hache intercalada)..."
Ya en la segunda frase tenemos un porque con tilde que no debe de llevarla. La tercera nos habla de una nueva cúpula que no se había recogido en la descripción inicial ¡Sorpresa!
¡Qué manía con la "i" latina (influencia del catalán)!
Pequeños detalles hacen del texto algo incompleto. Seguro que la autora, con más tranquilidad, puede escribir cosas mejores. Creo que talento no le falta.
1 comentario:
Javier!
Si es que soy despistada para todo, para las cosas de cada día y cuando escribo también. Haber si me fijo más la próxima vez!
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